viernes, 20 de enero de 2012

Columna en El Pais Noviembre 20 de 2012

Es el comienzo del fin

Gustavo Petro, el alcalde Mayor de Bogotá, generó la semana pasada un interesante debate en torno de la permanencia de la fiesta brava en Bogotá, al negarse a patrocinar con dineros del erario público la temporada taurina. La estocada final que dejó bien claro a todos su punto de vista, fue ni siquiera haber nombrado a quien lo representase en el palco designado al burgomaestre en la Plaza de Santa María.
Claramente el solo hecho de haber puesto sobre el tapete el tema de una manera tan contundente ha motivado que muchos no sólo manifiesten sus posiciones al respecto, sino que ha llevado a que algunos escarben en sus conciencias y se den cuenta que aún siendo un arte amado, no es sostenible en el tiempo.
Lo que es evidente es que la afición por la fiesta brava no es coherente con los principios con los cuales gran parte de los colombianos viven sus vidas. Nadie con dos dedos de frente está de acuerdo con el maltrato animal y tampoco el humano y es obvio que matar a un toro en un ruedo delante de miles de personas, no difiere mucho en términos prácticos de patear a un búho en un estadio o golpear hasta la muerte a un perro; también considero que la mayoría de colombianos le rendimos un culto febril a la vida y no a la muerte.
No obstante, existimos quienes también amamos una tarde de buenos toros. Particularmente valoro el recuerdo de las faenas magistrales vistas en Las Ventas, Cañaveralejo, e Iñaquito y la Belmonte en Quito; así como algunas no tan magistrales, pero igual de valiosas en conocimiento, apreciadas en muchas plazas preciosas de Andalucía. Pienso que cuando una persona es capaz de derramar una lágrima al apreciar el arte de una buena lidia, es un consumado aficionado a los toros.
Lo que sí es importante admitir es que quienes estamos desfasados de la realidad del mundo actual somos nosotros los aficionados, no aquellos quienes sostienen que la fiesta brava debe acabarse, porque nadie puede negar que una corrida de toros por más que sea una costumbre cultural y artística, es puntualmente una oda macabra a la muerte. Eso dentro del contexto vigente de las sociedades de hoy, no es algo que se vislumbre pueda perdurar.
De manera que tanto Gustavo Petro en Bogotá, como Sergio Fajardo en Medellín no sólo están obrando acorde con sus convicciones, sino que interpretan un sentimiento popular y una tendencia mundial hacia el bienestar y los derechos del ser vivo (léase de dos o de cuatro patas), lo justo, y la prevalencia de la vida. Y así debe ser. Esa es la paradoja de amar algo que se sabe debe acabar.
Así como los hijos crecen, maduran y se van, debemos aceptar que es hora de soltar y más vale empezar a pensar cómo vamos a contribuir a que perdure una acertada documentación histórica de esta afición a un arte, con el fin de que las futuras generaciones no miren atrás y nos vean como unos bárbaros promotores de gladiadores, sino como unas personas que creyeron en un mundo de elegancia, valentía, pundonor, casta y nobleza, el cual duró más de tres siglos.
En la Semana Santa del año pasado en un mercado de las pulgas en Popayán encontré después de más de diez años de búsqueda una copia vieja de ‘O llevarás luto por mi’, el cual considero una obra de un valor incalculable sobre ese mundo que es tan difícil para unos comprender. Estará en mi biblioteca y espero que a través de sus páginas mis hijos logren entender cómo y por qué pude derramar lágrimas ante la belleza de la muerte de un gran animal.

Columna en Kien&ke Noviembre 19 de 2012

Se bebió mi corazón

Cuando repaso los comentarios y análisis acerca de los libros de Irène Nèmirovsky, lo que encuentro es que la historia de cada uno de quienes somos sus fieles lectores comienza con alguna obra distinta. Sí, claramente la escritora rusa es más conocida en el mundo literario por el éxito de Suite Francesa, una exquisita novela sobre lo humano y mundano antes y durante la invasión alemana a París. Sin embargo, para todos hay un libro en particular que nos ha conmovido hasta el tuétano y nos mantiene ahí, esperando con ansiedad la llegada de cada obra nueva que se edite.
Para unos será El Baile, una despiadada sátira de la clase emergente judeo-francesa que busca la aceptación de la rancia sociedad parisina, llena de abolengos y títulos. Otros encuentran en David Golder el retrato de ese hombre tirano, avaro y manipulador a través del dinero, con el que ningún ser humano quisiera tener que encontrarse. Está El Caso Kurilov, que el Nobel JM Coetzee describe como “la progresiva humanización de un asesino”; Los Perros y Los Lobos, obra catártica que a través de tres personajes describe la barahúnda emocional de Nèmirovsky como una rusa judía en París; y cierro la lista de novelas editadas en español con aquella que se constituye para mí en la verdadera joya de esta escritora: El Ardor de la Sangre, cuyo nombre lo dice todo.
Algunas de las anteriores novelas las he leído dos y hasta tres veces y no deja de impactarme la precisión de Nèmirovsky en los detalles a la hora de narrar situaciones, sentimientos y personalidades. Increíblemente, al leer, no solo se tiene una mirada cinematográfica permanente de las escenas, sino que la autora logra proyectar olores, sabores y otros aspectos sensoriales de una manera tan vívida que es inevitable ubicarse al centro del pogromo en un ghetto ucraniano; a un puente en París viendo volar invitaciones a un baile; o a una villa francesa en donde dos jóvenes dan rienda suelta a la insaciabilidad de las hormonas y el corazón.
De igual manera Nèmirovsky en cada una de sus obras hace una exploración sicológica de eso que es el ser judío. Claro que trae a colación los estereotipos sobre quienes practican esta religión que han pasado de generación en generación y por ello ha sido en ocasiones criticada como una escritora antisemita, lo cual es algo paradójico si se tiene en cuenta que murió como prisionera en Auschwitz en 1942. A lo que me refiero específicamente con el ser judío, es que ella hilvana en sus obras los más profundos sentimientos de abandono, frustración, inseguridad, dolor y los sueños sin cumplir que pienso carga cada judío en lo más recóndito de su ser y que ella además llevó hasta su tumba.
Nèmirovsky, quien logró la profundidad humana que también traslucen las obras de Marcel Proust, es la francesa más traducida después del célebre autor de En busca del tiempo perdido. Casualmente fue en las páginas de la segunda parte de la obra en mención que encontró aquello que denominó “la cosa maravillosa” que tanto llevaba buscando y que inspiró la “llamarada de sueños” de El Ardor de la Sangre.
Indudablemente los escritos de Nèmirovsky son arte en su más puro significado. La fascinación con la cual vuelvo a sus libros una y otra vez la atribuyo a aquello que suele suceder a través de la fuerza de la palabra escrita: “Ella parecía sorber, beberse mi corazón”.

Columna El Nuevo Siglo Enero 20 de 2012

La maldita duda
Desde su fundación en 1855 la Universidad Penn State no había tenido una crisis igual a la que vivió a finales del año pasado a raíz del escándalo por abusos sexuales de Jerry Sandusky, el entrenador asistente del equipo de fútbol americano.
Acorde con la línea de tiempo trazada en el caso en mención, hay unos indicios claros de un comportamiento delictivo por parte de Sandusky desde 1998 cuando después de un entrenamiento dejó en su casa con el pelo mojado a un niño. Sandusky también tenía el pelo mojado. Ambos venían de las duchas de Penn State y el pequeño hacía parte de un grupo llamado The Second Mile, fundado por Sandusky con el fin de ayudar a niños con familias ausentes o disfuncionales.
En esa ocasión la madre del niño reportó sus sospechas a la policía universitaria y aunque el entrenador declaró que sí se bañaba desnudo en las duchas con otros beneficiarios de The Second Mile, y que además durante el baño los abrazaba, el caso se cierra y Sandusky sigue con su vida y con sus duchas. En 2000 es visto por un aseador temporal practicándole sexo oral a un niño, pero éste no denuncia el hecho, y en 2002 un estudiante lo descubre violando a otro niño, reporta el incidente y la respuesta del Director Atlético y el Vicepresidente Financiero de la institución es quitarle las llaves de las duchas a quien en ese entonces ya es exentrenador del equipo con estatus de emérito.
La línea del tiempo es también una de negligencias y negaciones por parte de quienes han podido ponerle punto final desde hace muchos años a un delincuente que tenía todo un montaje para hacer de las suyas con niños indefensos y vulnerables.
El domingo Washington Post publicó una extensa entrevista a Joe Paterno, quien fue durante 30 años entrenador jefe. Con Sandusky llevaron al equipo a momentos gloriosos. Paterno supo por primera vez que algo sucedía en 2002 y lo reportó a sus superiores como debía. Su error fue la duda y no haber hecho seguimiento a lo que se constituía como un abierto delito.
Evidentemente tanto en Penn State como en las veredas más recónditas de Colombia, nos falta mucha educación respecto de la gravedad de un abuso sexual. En general las personas cuando se ven enfrentadas a un caso de estos siguen pensando como Paterno: “Tenemos un problema, creo” y esa es la duda que mata.
@CarlinaToledoP

viernes, 25 de noviembre de 2011

Columna en El Pais Noviembre 25 de 2011

Con pie derecho

Casi desde el momento mismo de su elección, Rodrigo Guerrero estableció una nutrida comisión de empalme para cada una de las secretarías y dependencias de la Administración Municipal. Si se revisa el listado es evidente que el Alcalde electo logró constituir una sana mezcla entre representantes del sector privado expertos en cada uno de los temas, y personas que han trabajado desde lo público y que de una u otra manera han mostrado las competencias apropiadas o el conocimiento del tejemaneje político de la ciudad, lo cual es también importante.
Esta comisión de empalme conformada por 155 personas y cuyo coordinador general ha sido Esteban Piedrahíta (ex director de Planeación Nacional durante el gobierno pasado) analiza lo desarrollado en el cuatrienio de Jorge Iván Ospina en términos de hacienda, planeación, infraestructura, movilidad y tránsito, educación, salud, bienestar social, cultura y turismo, jurídico, deporte y recreación, gobierno, comunicaciones, desarrollo regional y competitividad. También se analizan dependencias como el Metrocali, Dagma, Emru, Girasol y por supuesto Servicios Públicos.
En el transcurso del pasado miércoles cada una de las comisiones presentó a Guerrero su informe y diagnóstico y en una reunión futura que se llevará a cabo posiblemente la próxima semana, se plantearán las debidas recomendaciones, lo cual complementará la hoja de ruta trazada en su programa por el alcalde electo.
Evidentemente al tener un asomo de plan para cada dependencia, ya se ventilan los nombres de quiénes serán los responsables de ejecutarlo desde cada una de las secretarías. En la edición de ayer de este diario se da por hecho que Esteban Piedrahíta estará en Planeación, Mauricio Cabrera en Hacienda y la Secretaría General será ocupada por Jaime Otoya. Los cuales serían todos unos aciertos.
En algunos corrillos se habla de un gran grupo de posibles candidatos jóvenes a estos cargos, unos de los cuales se encuentran ya en Cali, y otros quienes están radicados por fuera de la ciudad o del país ya que allí han llevado a cabo sus estudios superiores y hoy desempeñan cargos en empresas de mucha reputación. Este retorno de una generación de cerebros fugados, no sólo inyectaría a la administración de Guerrero la tan necesaria sangre joven, sino que seguramente le contribuirá una dinámica mucho más ágil y ejecutiva de lo que suele ser la administración pública tradicional. Adicionalmente considero que mandaría un mensaje muy positivo de confianza en lo público y de la necesidad de comprometerse con ello, a otras tantas personas que han sido parte de la diáspora de caleños y vallecaucanos hastiados o temerosos de vivir en esta comarca.
Algunos arguyen que el desconocimiento de las intríngulis de lo público y de la lentitud de marcha de maquinarias como las del Concejo, puede llevar a que el periodo de ajuste de algunos de los nuevos secretarios sea más largo de lo debido. Yo claramente difiero, porque todo nuevo cargo tiene su periodo de ajuste y en la medida en que se conformen equipos de trabajo mixto (público-privado) como lo han hecho con la comisión de empalme, no debieran presentarse más tropiezos de lo normal.
Ciertamente esto es lo que hemos venido anhelando y recomendando. De ese posible grupo de jóvenes locales y aquellos que retornen, seguramente saldrán varios con buenas perspectivas y deseos por desarrollarse en lo público. Yo por mi parte celebro este arranque con pie derecho.

Columna en El Nuevo Siglo Noviembre 25 de 2011

Que no sea puro show

Resulta  insólito que en Colombia, un país alineado con los ocho Objetivos del Milenio (ODM) de Naciones Unidas y que promueve el programa De Cero a Siempre para la atención a la primera infancia, se estén cerrando los servicios pediátricos en hospitales por física falta de recursos, además de la indolencia de todos y cada uno de nosotros.
El cuarto ODM busca reducir en dos terceras partes la mortalidad de niños menores de 5 años antes de 2015 y entre los indicadores para que los países midan su gestión al respecto se encuentran por supuesto la atención médica primaria, además de planes de vacunación y lucha contra la malnutrición. Como es sabido, alrededor del mundo las causas principales de mortalidad infantil están relacionadas con fallas severas en la alimentación, en servicios básicos como agua y sanidad, y ojo: ¡falta de acceso a servicios primarios de salud!
Como si no bastara nacer en hogares en los cuales 50% de los niños son indeseados y por ende criados en su gran mayoría en ambientes hostiles y violentos, ahora miles de ellos ni siquiera tienen garantizada una cama en un hospital, un analgésico para aliviar el dolor, un yeso para un hueso roto, y mucho menos una cara amable de un profesional de la salud que les asegure que todo va a estar bien.
Desde febrero, cuando el presidente Santos lanzó con bombos y platillos el programa De Cero a Siempre para la atención integral a la primera infancia, se vislumbró una luz de esperanza para esta franja de la población colombiana que había sido pasada por alto y que, aun habiendo un Instituto supuestamente dedicado a su bienestar, estaba virtualmente desatendida.
Al definir este sector como prioritario para el desarrollo del país, el Presidente anunció una inversión de 5,6 billones de pesos en la atención de 1.2 millones de niños entre 0 y 5 años. En su discurso invitó a “cada gobernante, cada maestra, cada padre o madre de familia, cada profesional de la salud” para asumir la responsabilidad compartida en el compromiso con la primera infancia.
Personalmente he fincado grandes esperanzas en el programa gubernamental porque la primera infancia ha sido siempre de mi mayor interés. Por eso no quisiera pensar que pudiese haber algo de show detrás de todas esas lindas palabras y de la adhesión a los ODM. Esperaría yo que el Gobierno de verdad asuma el compromiso de atención integral y mueva cielo y tierra para que todos los servicios pediátricos cerrados asuman de nuevo sus funciones.

Columna en Kien&ke de Noviembre 24/2011

¿Autonomía o vagabundería?

Algo está mal concebido en Colombia con el tema de los derechos de las minorías étnicas y en particular la autonomía de las comunidades y tribus indígenas. Evidentemente es mucho lo que se ha avanzado a su favor en este país feudal y centralista, lo cual amerita un fuerte aplauso y debe ser además motivo de orgullo para nosotros como Nación.
No obstante, ellos como parte integral de esta sociedad, tienen también una serie de deberes y eso a mi manera de ver es lo que no está para nada claro. En algunas comunidades no se ha comprendido que garantizar el respeto a los derechos humanos es una cuestión de doble vía y que si pretenden que sus autonomías sean respetadas, deben también respetar hacia adentro y particularmente, a sus mujeres y niños.
Claramente hay un abierto desmadre en la violencia y maltrato a estos dos sectores poblacionales en algunas áreas indígenas, lo cual se constituye ni más ni menos en un abuso de su autonomía. Es claro que por su condición de minorías las relaciones sociales no tienen por qué cambiar y que hay unos ordenamientos internacionales que las rigen y a las cuales es menester que se acojan. Evidentemente los derechos de mujeres y niños no varían según la ubicuidad de los individuos.
De manera que en ninguna comunidad o tribu un hombre debe poder violar niños o niñas, punto. Mucho menos salirse con la suya recibiendo de los consejos de los cabildos unos cuantos latigazos (si es que eso efectivamente sucede), como es el caso recurrente en algunas áreas del suroccidente.  Un agravante adicional es que cuando las madres de las víctimas salen a denunciar a los victimarios en comisarías de familia o fiscalías locales, como lo hicieron algunas recientemente en Caldono (Cauca), las autoridades indígenas anuncian que van a ser castigadas físicamente por no ventilar los trapos sucios en casa.
A todas luces recibir unos cuantos latigazos no es precisamente el castigo que un violador se merece y cualquier líder indígena que quiera garantizar la sostenibilidad de su comunidad debe estar consciente de la necesidad de enrutarse en el camino de ley colombiana y definir las sanciones acorde con la justicia ordinaria. De lo contrario, la extinción de los suyos no se deberá a factores externos, sino a la misma implosión en sus feudos.
Si migramos lo que se refiere a derechos de mujeres en las comunidades indígenas, claramente hay una serie de factores que al igual que a los niños, las ubican en un grado de vulnerabilidad extrema: condiciones de salubridad, morbilidad, mortalidad, educación y claro, violencia.
Desde hace unos días Manuel Teodoro ha estado muy activo en twitter por la exhibición en la Plaza de Bolívar de Bogotá de la escultura de una niña de la tribu embera. Teodoro twiteó el pasado 19 de Noviembre: “Bonita escultura de niña indígena embera en Plaza Bolívar-recordemos- esta es tribu que le corta y le quitan los clitoris de todas las niñas”. Comenzó al anochecer de ese sábado un álgido e interesante debate en torno al tema. La conclusión: tendremos en diciembre la retransmisión de un programa de Séptimo Día sobre la ablación en la tribu embera, el cual fue divulgado hace ya dos años. Infortunadamente, nada ha cambiado.
Teodoro también quiere crear en Facebook una página para que las personas manifiesten allí sus posiciones frente a los límites de la autonomía indígena y como, aunque en el resto del mundo esta tradición de los embera ha causado alarma, aquí nada sucede al respecto.
El Estado no puede seguir mirando de soslayo mientras en algunas comunidades se abusa y maltrata a mujeres y niños indígenas. Que busque preservar sus culturas es una cosa, pero ¿quién dijo que es cultura estar violentando y mutilando a su propia gente? La autonomía de esas poblaciones tiene que tener un límite y este es el mismo que demarca la ley colombiana sobre delitos que cometa cualquier ciudadano de color, raza o creencia que sea.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Columna en El Nuevo Siglo Noviembre 4 de 2011

Read my lips


Existe  una teoría en la educación según la cual una idea se debe repetir como mínimo 7 veces antes de quedar grabada en el disco duro del ser humano y ahí sí poder empezar a hacer las conexiones neurológicas necesarias para analizar, discernir y decidir.
Sobre esa base cobra significativa validez lo dicho por el Director de este diario en su editorial del miércoles el cual -con respecto a la debacle del Partido Conservador en las elecciones del domingo y la necesidad de hacer un serio análisis al respecto- cerró diciendo “así lo volvemos a reiterar, y lo haremos cuantas veces sea necesario hasta que quede perfectamente entendido”.
Claramente no es la primera vez que desde este diario se dan campanazos de alerta y se solicita un redireccionamiento de la colectividad, tampoco es el único medio en el cual esa crisis se ventila con asombro y estupor desde columnas de opinión y artículos de análisis. De tal manera empieza uno a dudar no sólo sobre la capacidad de hacer conexiones neurológicas que tienen los que dirigen al Partido, sino las motivaciones que hay detrás de su atornillada al puesto. Frente a las cifras, alarma sobremanera que el presidente del Directorio afirme que el conservatismo “sigue siendo una fuerza política importante en el país” y que él “está tranquilo con los resultados del domingo”.
El primer paso es dar una lectura correcta a los resultados electorales para plantear el camino a seguir. La cruda y dura realidad es que efectivamente hubo una debacle, y estuvo más que anunciada y prevista por las presuntas “aves de mal agüero”.
Si existiera un poco de voluntad de darle sostenibilidad al Partido Conservador, seguramente se manejaría con algo de criterio gerencial, lo cual a mi manera de ver es la única opción viable en este momento. Se deben analizar hechos y datos, hacer un diagnóstico con cabeza fría, tener un diálogo abierto y franco con los grupos de interés para identificar necesidades, y posteriormente plantear una estrategia a seguir, una manera de brindar satisfacción según lo dicte la dinámica del mercado.
El potencial para la colectividad es inmenso si se asume una posición realista. Yo estoy plenamente convencida de que Álvaro Gómez Hurtado, más que nadie, estaría haciendo las mismas críticas, abrazando oportunidades y buscando la manera de hacer del Partido una opción viable. También pienso que estaría de acuerdo en que un Presidente que no sabe interpretar las necesidades, deseos y expectativas de sus clientes se debe ir, antes de naufragar su barco.
@CarlinaToledoP