viernes, 26 de agosto de 2011

Columna El Nuevo Siglo Agosto 26 de 2011


Una limpieza profunda
“Para quienes vivimos en la ciudad hechos no son nuevos”
AFORTUNDAMENTE  frente a la grave crisis política que se desató el viernes pasado en Cali, los medios nacionales reaccionaron de una manera vehemente. Para quienes vivimos en la ciudad los hechos no son nuevos, es el pan nuestro de cada elección. Esta vez los protagonistas eran Rodrigo Guerrero y Susana Correa, a quienes les fueron invalidadas las firmas con las cuales inscribieron sus candidaturas a la Alcaldía y todo apunta a que este acto fue gestado de una manera premeditada desde la Registraduría.
Es posible que pocos recuerden que en las postrimerías de la pasada campaña, circuló una foto en la cual Jorge Iván Ospina, actual burgomaestre de la ciudad, aparece en una manifestación política rodeado por el ex gobernador Juan Carlos Abadía y el ex senador Juan Carlos Martínez. Esa imagen fue la prueba reina de que se había sellado el apoyo de esa ya famosa dupla al candidato Ospina.
Fue vox populi en Cali que esa Alcaldía se había ganado a punta de maletas y con un empujón de marca mayor en la Registraduría. ¿Qué pasó? Nada por supuesto. Eso era para el resto del país un problema de pueblo y los entes de control regionales miraron para otro lado.
El revuelo que se ha armado por la manera como se borró desde el interior de la Registraduría la aspiración de Guerrero y Correa demuestra que en el Valle la política todavía está doblegada y lo seguirá estando mientras no se controle la fuente. Se rumora que el aval del PIN a Edison Ruiz es una fachada y que lo que la dupla en realidad quiere es ubicar a la pesista Maria Isabel Urrutia (Polo) en el CAM. Además, en gran parte de los municipios del Valle se da por hecho que Héctor Fabio Useche (del MIO, el nuevo movimiento de Martínez) ya es Gobernador.
Independientemente de si se avalan la semana entrante las firmas de Guerrero y prosigue en su aspiración a la Alcaldía, la alerta para el resto del país está ahí: la Registraduría no es de fiar. El trasladar funcionarios o reubicar a los cuestionados como hace la Iglesia Católica con los curas pederastas, no es la solución a un lío de marca mayor como este. Se debe escarbar en la entidad hasta encontrar a los responsables de tantas irregularidades y que la justicia opere. Las elecciones no se pueden seguir definiendo en Colombia a punta de maletas repletas de dinero y funcionarios comprables en la Registraduría.
@CarlinaToledoP

jueves, 18 de agosto de 2011

Columna kienyke Agosto 18 de 2011


La fuerza de ser mujer

En momentos en que se encuentra in crescendo la polémica por la vil golpiza que el Bolillo Hernán Darío Gómez propinó a una mujer hace ya un poco más de una semana, lo recurrente -sobre todo para nosotras las mujeres- es preguntarse ¿por qué carajos uno se dejaría dar un golpe de un hombre? Y claro, ¿cómo reaccionaría cada cual ante una afrenta de ese calibre?
Evidentemente sin pretender fungir de sicóloga, siquiatra o siquiera socióloga, mi teoría es que tristemente adolecemos de autoestima y por eso permitimos que otros trapeen con nosotras física y emocionalmente. Además, cometemos el error de replicar el círculo de violencia al obviar enseñarle a nuestros hijos hombres el valor y el sentido del ser mujer y lo fundamental que es respetarnos como seres humanos que somos.
Lamentablemente cuando surge del interior de una mujer la fuerza para acabar con el ciclo de violencia, somos tildadas de locas, brujas y perversas. Lo que no saben muchos es que todos esos calificativos se convierten hasta en un halago y la mayoría los llevan con la cabeza en alto. Joumana Hadad, autora del libro Yo maté a Sherezade dice sobre los árabes (pero es perfectamente extrapolable a gran parte del género masculino) que “su ocupación es distorsionar y aplastar todo cuanto es libre, creativo o bello. Ahí donde la libertad, la creatividad y la belleza consiguen resplandecer, ellos arrojan oleadas de hostilidad y resentimiento, y lanzan campañas de tergiversaciones y mentiras a fin de destruir cuanto se escapa de la mediocridad que les es propia”.
En el transcurso de la historia algunas mujeres atípicas han pisado fuerte y se han hecho valer intelectual, física y emocionalmente dejando para bien o para mal huellas indelebles. Son mujeres fascinantes muchas de las cuales se vieron obligadas a romper tabúes. Susana Castellanos de Zubiría en su libro Mujeres perversas de la historia, ha documentado las principales anécdotas sobre un grupo de ellas, comenzando desde la era bíblica. En Diosas, brujas y vampiresas comienza preguntándose ¿por qué le teme el hombre a la mujer? Y ahí se desgrana un delicioso relato sobre cómo “ese misterioso poder que para algunos emana de la mujer por la relación que se le atribuye con la naturaleza, su aspecto maternal y germinador que le permite ejercer un control sobre campos fuera del alcance del hombre”, se convierte en el “origen de todo mal” a ojos masculinos.
De lejos mi gran favorita es Catherine de Médici, conocida por unos como Madame Serpiente, pero a quien el famoso historiador inglés Paul Johnson califica de mujer heroica. Al enviudar por la repentina muerte de Enrique II de Francia –quien abiertamente la desdeñó gracias a sus amoríos con Diane de Poitiers- su razón de vida fue mantener vivo el reino y no permitir que los derechos de sus hijos, la dinastía Valois, fuera vulnerado. Surgió de la italiana una fuerza interior que perduró por treinta años, y hasta el día de su muerte el cual según la escritora y biógrafa Leonie Frieda se dio no por una pleuresía, sino por el físico desgaste de su cuerpo.
Frieda afirma que el mayor desacierto de Catherine de Médici fue permitir que la devoción por sus hijos obnubilara la gravedad de sus errores. En gran parte de los documentos históricos se le juzga como cruel y despiadada, principalmente por la llamada masacre de San Bartolomé, un sangriento capítulo de una guerra en que murieron inocentes hombres, mujeres y niños y por el cual Catherine, una hábil propagandista nunca pudo dar una explicación o justificación. Mientras movía los hilos de guerras y luchas religiosas, esta mujer -que se consideraba hija del Renacimiento- logró proyectar la magnificencia de esa era a través de la expresión abierta de danza, canto, escultura, pintura, actuación y poesía a lo cual le dio vía libre en su reino.
Indudablemente Catherine de Medici es un caso analizable desde la teoría de Maquiavelo. No obstante Leonie Frieda concluye que “como esposa, madre, abuela, regente y reina de Francia fue una mujer de acción, apetitos y emoción, tanto un gran príncipe como una gran mujer”.
El potencial del género femenino es inconmensurable y todos los días lo demuestran heroínas de una u otra índole, por eso es que actos de abuso al estilo del “Bolillo”, que desnudan la esencia animal de unos, y la vulnerabilidad de otras, son inadmisibles desde todo punto de vista y deben tener toda la censura social posible. Lo que yo algún día quisiera ver es la confianza absoluta de todas las mujeres en su fuerza interior y que los hombres comprendan que es posible ir de la mano y compartir con espíritus libres, bellos y creativos sin necesidad de sentirse amenazados.

viernes, 12 de agosto de 2011

Columna El Nuevo Siglo Agosto 12 de 2011


Arrojo y sensatez

“Demuestra que hay quienes no ven en la juventud una amenaza”  
EN  una declaración de indudable valentía, el candidato por el Partido Liberal a la Alcaldía de Bogotá, David Luna, dijo el domingo a El Espectador que la bandera de su campaña “definitivamente será que los niños tengan una mejor educación”. Audaz que un candidato de una ciudad capital haga un compromiso abierto de ese calibre con la infancia, porque en Colombia los hombres públicos tienden a dejar en manos de mujeres los temas referentes a niños, ya sea porque los consideran banales o simplemente porque creen que eso no arrastra votos.
De igual manera esa declaración refleja la importancia que tendría para Luna el suministrar a la infancia en Bogotá educación de calidad, factor fundamental para el desarrollo de la ciudad. A mi manera de ver también demuestra confianza en la solidez de los otros aspectos que hacen parte de su programa de gobierno y que también deben ser preponderantes en su posible futura Alcaldía.
Resulta triste que no haya muchos más candidatos a cargos públicos involucrados y empeñados en sacar adelante temas tan imprescindibles como la protección, el bienestar y la educación de los millones de niños en Colombia que tanto lo necesitan. Por eso aplaudo el compromiso adquirido por Luna, un acto de coherencia con sus convicciones.
No en vano y gracias a lo que representa, el martes pasado un nutrido grupo de reconocidos conservadores jóvenes y otros ya mayores, anunciaron su apoyo al candidato liberal. Uno de ellos, el ex comisionado de Paz, Camilo Gómez, lo hizo en conmovedora carta que parece como de otras épocas, aquellas en las cuales los principios y valores eran prioritarios. Evidentemente gran parte de la decisión del grupo obedece a un abierto rechazo por la actual postración y decadencia del Partido Conservador, donde a muchos conservadores nos es imposible sentirnos a gusto. No obstante, según afirma Gómez, el acercamiento a Luna fue motivado por su “honestidad, dedicación y recta formación”.
Este apoyo demuestra que hay quienes no ven en la juventud una amenaza, ni un riesgo, sino una oportunidad de trascender, de cambiar y de implementar un estilo de gobierno moderno, ejecutivo y con visión de futuro.
En lo que se refiere al señor José Darío Salazar, presidente de la agonizante colectividad azul, el mensaje de Gómez es claro: “Mi partido no tiene liderazgo ni capacidad de producir ideas ni propuestas para el país y menos para Bogotá”. Pareciera ser el despertar de la godarria inconforme y ¡vaya que ya era hora! Valiente y sensata decisión el acompañar a Luna.
@CarlinaToledoP

martes, 9 de agosto de 2011

Columna El Nuevo Siglo Agosto 5 de 2011


Carlina Toledo Patterson

Al son de quien mejor pague

Tengo la plena certeza de que la gente de Boyacá es buena de corazón. Sin embargo, la duda al respecto asalta a cualquiera que haya leído un artículo publicado el Domingo pasado en El Tiempo, según el cual las autoridades y habitantes de Paipa, Tuta, Tunja y Cómbita parecieran preferir en su entorno la presencia de extraditables, a los recién llegados miembros de las bacrim.

El dilema comenzó a principios del año, cuando por cuestiones de ahorro en los traslados a diligencias judiciales en Bogotá, la logística que ello implicaba y las óptimas condiciones de seguridad en La Picota, el Inpec tomó la decisión de transferir a un grupo de 137 extraditables que se encontraban presos en Cómbita. Su espacio lo ocuparon 327 miembros de las bacrim. 

Claramente cualquier persona con pleno uso de razón no quisiera ni al uno ni al otro cerca, pero de ahí a que las autoridades tengan la desfachatez de presentar al Ministerio de Defensa oficios, derechos de petición y 700 firmas de ciudadanos además de armar según El Tiempo ¨una fuerte campaña mediática¨ para protestar por el hecho, hay un abismo moral inmenso.

Lo que se evidencia del artículo en cuestión es que aunque la razón más fuerte que esgrimen tanto autoridades como ciudadanos es un tema de seguridad, el trasfondo real de su malquerencia es simple cuestión de plata. Consideran ellos que los miembros de las bacrim son más peligrosos que los extraditables -la mayoría de los cuales son requeridos por las autoridades estadounidenses por tráfico de estupefacientes- y que el hecho de tener a los primeros cerca significará el deterioro de la valorada paz que se vive en la región. No obstante y según afirmó el Comandante de la Policía de Boyacá: “hasta ahora no hay impacto negativo”, lo cual es reconfirmado por otras autoridades según las cuales “no ha habido ninguna alteración del orden público que involucre a los nuevos reclusos de Cómbita”.

Sin embargo su dinámica económica sí cambió porque en hoteles, restaurantes y establecimientos comerciales no pulula ya la plata sucia y abundante de los familiares de los narcotraficantes.
Claramente esa buenura connatural a los boyacenses ha cedido a la cultura traqueta que tanto daño ha hecho a regiones como el Valle del Cauca donde muchos ciudadanos del común, políticos, deportistas y periodistas, entre otros, cedieron al dinero fácil.

Dicen que “de las únicas bandas que saben en Boyacá es de las musicales”. Seguramente, pero pareciera que ya comenzaron a bailar al son de quien mejor pague.

@CarlinaToledoP