sábado, 17 de septiembre de 2011

Columna El Nuevo Siglo Septiembre 9 de 2011

Leonel se debe ir

“Reputación de Colombia vale mucho más que un técnico”

EN  términos comparativos cada día surgen más temas que diferencian el Gobierno de Juan Manuel Santos del de Álvaro Uribe y algunos de ellos, aunque banales, son representativos en términos de imagen.
Esta semana tuvimos una muestra de ello durante el viaje del Presidente a Oriente. Santos habló en un casi impecable inglés, estaba divinamente bien vestido (como siempre) y además llevaba un paquete de iniciativas y proyectos para desarrollar en Colombia, atractivos para su público.
El hecho contrasta con otro, el cual vislumbro no va a terminar bien, y es el nombramiento de Leonel Álvarez como técnico de la Selección Nacional de Fútbol. Esta otrora figura reemplazó al ‘Bolillo’ Gómez a raíz del escándalo que este -borracho- provocó al golpear en público a una mujer. Una de las preocupaciones en su momento era la pésima imagen de Colombia que se transmitiría al tener a un maltratador de mujeres al frente del equipo. Tan conscientes fueron de lo que esto podía significar en términos de reputación, que la misma compañía patrocinadora, Bavaria/SAB Miller, se negó a continuar su vínculo si ‘Bolillo’ se mantenía en su posición.
Ahora está Leonel. Quienes saben de fútbol podrán juzgar sus habilidades como técnico. Sobre su aspecto físico y su manera de expresarse, claramente las diferencias con técnicos de otras latitudes (por ejemplo, Pep Guardiola) saltan a la vista y no voy a entrar en esos detalles, porque lo considero antipático. Pero a mi manera de ver, eso no es lo más grave. Sí lo es lo que se lee entre líneas sobre Álvarez en la revista Semana: “Ojalá logre disipar las sombras que hay sobre algunas actuaciones extrafutbolísticas de su pasado”.
La pregunta es, si hay actuaciones extrafutbolísticas cuestionadas, ¿por qué la Federación de Fútbol lo nombra? ¿Por qué si es un hombre con pasado, los medios están celebrando su nombramiento y no denunciando los hechos?
Son muchas las explicaciones pendientes. Se habla de su muy estrecha amistad con Pablo Escobar, a quien consideraba un prohombre porque repartía casas y no droga. Semana también en su momento reveló que Leonel asistió en Ralito a una fiesta amenizada por los mariachis del cantante Juan Gabriel, quienes llegaron para entretener a alias “Diego Vecino”.
De la dirigencia alcahueta y sin principios de la Fedefútbol poco se puede esperar, pero en lo que a mi respecta -y ojalá los patrocinadores lo vieran así también- Leonel se debe ir. La reputación de Colombia en el exterior vale mucho más que un técnico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario