sábado, 29 de octubre de 2011

Columna en El Nuevo Siglo Octubre 29 de 2011

Conservadores rojos

CON  la arrogancia de quienes se sienten con la verdad revelada, las directivas del Partido Conservador piensan que es acertado el rumbo actual de lo que fuera una gran colectividad y que aquellos en desacuerdo con su proceder no merecemos sino desprecio porque somos “aves de mal agüero”.
Esta debacle del Partido tiene dos aristas clarísimas, expuestas además por el ex presidente Andrés Pastrana en entrevista con Cecilia Orozco el domingo en El Espectador.
En primer lugar se encuentra el grave tema de su implosión ética por la “repartición” de bienes que hubo en la Dirección Nacional de Estupefacientes, además de otros escándalos en los cuales hay conservadores de “renombre” involucrados. Ante las evidencias, tiene razón el señor Pastrana cuando dice que “no entiende uno por qué la Justicia ha sido tan lenta”.
En segundo lugar está el desfase ideológico en el cual se encuentra el Partido y la desorientación política concomitante en que se encuentran militantes y simpatizantes. Como tengo la esperanza de que la Justicia asuma la responsabilidad que le corresponde en el corto plazo, debo decir que me preocupa sobremanera la masa amorfa y sin identidad que nos dejarán quienes se vayan. En la reconstrucción tendremos una gran responsabilidad quienes tanto lo hemos cuestionado y criticado.
Son demasiados años de estar dando la espalda a grandes realidades. El mundo ha cambiado y por ende algunos de los fundamentos de la ideología conservadora también deben replantearse. Temas como el aborto, la dosis mínima de droga y el matrimonio homosexual nos ponen a los conservadores jóvenes a veces en serias disyuntivas simplemente porque hoy más que nunca el mundo entero se ha abierto al tema de la verdadera justicia social y los derechos humanos en general, condiciones que a todas luces son inalienables en democracias sólidas como la que Colombia pretende ser.
En ese sentido consideramos que nadie, sea del Partido que sea, tiene derecho a extender su influencia hasta nuestras relaciones, nuestra habitación o nuestros cuerpos, como afirma Michael Tracey en la última edición de The American Conservative, al hablar de conservadores con visión progresista. Ahora nos dicen Blue Republicans, lo cual en términos criollos sería Conservadores rojos. Y aunque el presidente del Partido, José Darío Salazar, nos considere aves de mal agüero, somos muchos trabajando tras bambalinas por lograr preservar aquel Partido que para nosotros tiene un valor inconmensurable y desde el cual queremos dar auténtica cabida a los jóvenes, a la reconciliación y la visión de futuro.
De manera, señor Salazar, sepa que Andrés Pastrana no está solo.

@CarlinaToledoP

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