Domingo, 17 de Abril de 2011 00:00
“Puede explicarse que el teniente haya hecho tales peticiones”
CARLINA Toledo Patterson, nueva y linda articulista de este diario, escribió el viernes 8 de abril que el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, rezó en Cali, con motivo de cierto evento militar, una “Oración del Soldado”, cuyo autor fue el difunto teniente Nelson Darío Bedoya.
El “inspirado” militar pidió a Dios en su plegaria algo que ningún cristiano de verdad y, sobre todo, sano de mente y de intención, haría: que el silbido agudo de los proyectiles alegrara su corazón y que pusiera destreza en su mano para que el tiro fuera certero. Después de esto (contradicción brutal) remató solicitando caridad. Caridad para él, claro, no para las víctimas de su habilidad exterminadora.
Estas fueron las horribles máquinas de guerra que Uribe gestó y estimuló con su cantaleta de pedir resultados constantemente en los cuarteles. Y ahora el irresponsable ministro de Santos sigue en lo mismo, rezando porque los soldados puedan matar más y no fallar nunca el tiro.
¿Se habrá enterado Santos de semejante barbaridad, ahora que anda tan desesperado tratando de que los gringos le aprueben el Tratado de Libre Comercio -TLC-? Valdría la pena que imaginara lo que pueden pensar de lo anterior Barack Obama y los demócratas, que vienen frenando el asunto con sobrada razón.
No hay derecho a que el ministro de un Estado que se supone democrático rece públicamente tamañas insensateces, que van contra la caridad cristiana y, específicamente, contra el mandamiento fundamental de “no matarás”.
Puede explicarse que el teniente, en razón de su propia supervivencia y del eficaz cumplimiento del deber, haya hecho tales peticiones, pero está mal, malísimo y constituye un pésimo ejemplo moral que lo haga un ministro de Estado. Pero, bueno, ¿qué uribista puede pensar siquiera un poco lo que dice? Si es que, acaso, saben pensar. En la época de Pablo Escobar los sicarios también le pedían a la Virgen que les ayudara a no fallar tiro.
Con Riverita, con el Director del DAS, que ha sido sostenido inexplicablemente y contra toda lógica en su puesto, con la Directora del ICBF, que no sabe siquiera administrar la Bienestarina para los niños famélicos, con el Director de Estupefacientes, que denuncia a un tipo ante la Fiscalía y luego lo llena de narcobienes para administrar, el gobierno Santos está perdiendo credibilidad y enviando, de paso, mensajes contraproducentes tanto nacional como internacionalmente. Y, lo que es peor, está desdiciendo de su condición de estadista prudente y bien intencionado.
Si no ejecuta pronto un viraje y deja de complacer al antecesor del octenio purulento, sosteniéndole sus fichas desprestigiadas e ineptas, perderá el apoyo de quienes terminamos reivindicándolo y olvidando sus veleidades uribistas. Nunca es tarde para enmendar los errores.
Broche
Ahora el manicomio de los viudos del poder se llama Twitter.
hergamex@une.net.co
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