viernes, 8 de abril de 2011

Columna El Nuevo Siglo Abril 8, 2011

Son simples mortales

Por CARLINA TOLEDO PATTERSON


“Considerados por muchos como seres humanos superiores”

HISTÓRICAMENTE  quienes conforman las Fuerzas Armadas en cualquier país del mundo son considerados por muchos como seres humanos superiores. Será seguramente por el hecho de tener en sus manos la lucha contra un enemigo con el fin de preservar las vidas de los inermes y débiles. Aunque algunos los consideran héroes, personalmente tengo reparos con el calificativo; no concibo cómo un ser humano que mate a otro pueda ser un héroe.

Recientemente en Cali el Ministro de la Defensa inauguró un evento rezando la Oración del Soldado, escrita por el teniente Nelson Darío Bedoya semanas antes de morir en el Caquetá. El Teniente pedía a Dios “que el silbido agudo de los proyectiles alegre mi corazón”, y le decía “pon destreza en mi mano para que el tiro sea certero, y caridad en mi corazón”.

En Colombia es más que necesaria la labor de defensa y lucha contra el terrorismo y la delincuencia, sin embargo, el solo hecho de que nuestro Ejército se esté encomendado a Dios para que el silbido de unos tiros los llene de júbilo, no sólo genera rechazo, sino fuerte malestar.

La licencia divina para matar ha hecho pensar a muchos que están por encima de las leyes mortales y por eso vemos que en el interior de un organismo como el Ejército se haya gestado un foco de podredumbre que involucra a oficiales de todo nivel, quienes o buscan tapar o minimizar hechos, a todas luces inaceptables.

No sólo es el escándalo actual por las condiciones más que cómodas en las cuales purgaban sus “penas” los reos en Tolemaida, sino que es preciso recordar las miles de ejecuciones extrajudiciales y también el reciente asesinato de la jueza Gloria Constanza Gaona, quien llevaba el caso de la tortura y asesinato de los tres hermanos Torres Jaimes, presuntamente a manos del subteniente Raúl Muñoz.

Según Semana en el caso de Tolemaida “habría interesados de alto nivel en mantener en las mejores condiciones a quienes se untaron directamente las manos en tácticas de ‘guerra sucia’”; Daniel Coronell por su parte dice que “la juez asesinada denunció las maniobras dilatorias de abogados de Demil (Defensoría Penal Militar) para sacar de la cárcel al subteniente Muñoz alegando vencimiento de términos”.

Absurdo pensar en mociones de censura a los actuales ministros de Defensa e Interior. Es una enfermedad que viene de años anteriores y quienes tienen que responder son quienes con su aquiescencia han permitido estas máculas en la institución.

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