viernes, 1 de abril de 2011

Columna en El Nuevo Siglo Abril 1, 2011

Trencitos cañeros

Por CARLINA TOLEDO PATTERSON

“Difícil para Colombia pensar en ser competitivos”

ES  difícil para Colombia pensar en ser competitivos a corto o mediano plazo con el atraso en infraestructura vial, fluvial y férrea que reportó El Tiempo en informe titulado Infraestructura: nuestro gran talón de Aquiles.

Según cifras del análisis, en el Índice de Competitividad Global nos encontramos en el puesto 68 entre 139 países, lo cual no es malo. Sin embargo, al evaluar la calidad general de la infraestructura, Colombia tiene el puesto 79; en carreteras el 108; en puertos el 105 y en trenes el 102 (entre 116 países).
Las anteriores cifras de por sí son alarmantes para un país que está buscando impulsar el sector minero, el de hidrocarburos y el agrícola, como motores de la economía. ¿Vamos a poder acceder a otros mercados de manera competitiva cuando tenemos sólo 20 por ciento de los 142.000 kms. de carreteras debidamente pavimentado, una red férrea limitada y obsoleta y unos vastos ríos desaprovechados como medio de transporte?

La investigación resalta, además, “Proyectos a paso de tortuga”, “El jugoso negocio de demorar obras”, “Retraso en 60% de concesiones viales” y claro, “El infarto vial en Bogotá”. Preocupante por decir lo menos.

No obstante, es igual (o más inquietante) que esta investigación provenga de un medio de comunicación y que al ministro de Transporte, Germán Cardona, pareciera que lo hubiera cogido por sorpresa, porque aún no ha musitado palabra sobre la estrategia, ni las políticas a seguir para afrontar semejante crisis. Cardona se ha limitado a decir que confía en el conocimiento técnico de sus colaboradores, que hay que recuperar la cultura de estructuración de proyectos, que es fundamental reorganizar la casa y que hay que pensar no en grande, sino en inmenso. Algo etéreo sin duda.

El diagnóstico ha debido proceder del Ministerio, o en su defecto de la Cámara Colombiana de la Infraestructura la cual seguramente suministró mucha de la información a El Tiempo. Así que, o hay una falta de comunicación entre los dos organismos o una miopía estratégica. De igual manera cabe preguntarse dónde estaban la ANDI, Anif, Analdex y hasta Fenalco mientras se desmoronaba en nuestras narices la infraestructura en Colombia, porque han podido poner el grito en el cielo.

El tema de las locomotoras de este Gobierno suena bien, pero requerimos que muchos se despierten para convocar una coherencia interinstitucional en torno del objetivo común. De lo contrario, resignémonos a quedar en la época de los trencitos cañeros y cada uno cuidando su feudo.

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